Padre de los migrantes

  • Una espiritualidad de Encarnación

La espiritualidad del obispo Scalabrini está enfocada en la centralidad de Jesucristo, en un gran amor por la Eucaristía, por Jesús crucificado, a quién le encomendaba en los momentos más difíciles de su trabajo pastoral. Scalabrini estaba convencido de que la Iglesia es la continuación de la Encarnación de Cristo en el mundo.

Su espiritualidad se puede definir como espiritualidad de Encarnación. Cada bautizado, cada cristiano está llamado a seguir manifestando en el mundo el amor de Jesucristo, el amor del Padre para todos los demás. Es una espiritualidad abierta, universal. El obispo tenía también una gran devoción por la Virgen María, un fuerte celo apostólico pastoral.

Nunca fue indiferente ante problemas sociales, como la pobreza o situaciones en las que sintió que tenía que involucrarse para aliviar los sufrimientos de sus hermanos, afirmó.

  • Su labor con los migrantes

Scalabrini, en lo que se refiere a la migración, se involucró, no solo a nivel religioso pastoral, sino también a nivel político-social y también a nivel científico con estudios, investigaciones y estadísticas sobre el tema de la migración con conferencias, de sensibilización en la sociedad de su tiempo. Impulsó leyes en favor de los emigrantes, también involucró a los laicos en un trabajo de apoyo legal en los puertos de salida y de llegada de los inmigrantes.  Scalabrini tuvo una visión profética sobre la migración. Un fenómeno estructural de su tiempo con la revolución industrial y hoy en día con la globalización.

  • El legado de Scalabrini

Más de un siglo después de la muerte de Scalabrini, su legado y su carisma siguen siendo muy actuales en el mundo de hoy, en el mundo de la migración, considerada por el Papa Francisco uno de los fenómenos más importantes de nuestro tiempo, que la Iglesia Universal tiene que tomar en cuenta en su acción pastoral en todos los países del mundo.

El carisma de Scalabrini sigue presente en su familia, la Familia scalabriniana, en aquellos que lo abrazan y se convierten en migrantes con los migrantes, para colaborar con el sueño de Dios de unir a todos los pueblos en una sola familia.

La familia scalabriniana está compuesta de manera particular por tres institutos de vida consagrada, el primero son los Misioneros Scalabrinianos, sacerdotes fundados por Juan Bautista Scalabrini en 1887, alrededor de 650 religiosos repartidos en 33 países. Su acción pastoral y misionera se desarrolla sobre todo en parroquias, Casas del migrante y también en Centros de Apostolado del Mar donde asisten a los marinos y trabajadores del mar. Tienen escuelas y Centros de estudio sobre el tema de la emigración.

El segundo Instituto de vida consagrada en la familia Scalabriniana son las Hermanas Misioneras Scalabrinianas, fundadas en 1895 por el futuro santo, en colaboración con la Bienaventurada Madre Asunta Marchetti y el Siervo de Dios Padre José Marchetti. Las hermanas siguen trabajando hoy en día en 25 países del mundo, con 110 misiones. Sobre todo escuelas, hospitales, centros de asistencia psicosocial, Centros de salud y Casas del migrante. Desde el 2018 la congregación ha empezado el proyecto Servicio Itinerante caracterizado por la asistencia a los migrantes y refugiados en zonas fronterizas.

 El tercer Instituto son las Misioneras Seculares Scalabrinianas que surgieron en 1961, inspiradas por la espiritualidad del obispo Juan Bautista Scalabrini. El instituto empezó en Suiza, con el sí de Adelia Firetti, una joven maestra de Piacenza que llegó a Suiza por invitación de los Misioneros Scalabrinianos para crear una escuela para los hijos de los emigrantes italianos. Esa experiencia fue para ella la ocasión para decir su sí a una consagración total a Dios en la vida laical.

Este carisma las lleva a vivir la consagración secular por los caminos del éxodo migratorio. No tienen signos externos que las distingan de los demás y no tienen obras, trabajan de acuerdo a su profesión en los más diversos ambientes y contextos de las sociedades multiétnicas de nuestro tiempo, para transformar desde adentro cada realidad, especialmente la de la migración en una experiencia de encuentro y acogida.

Las Misioneras Seculares están presentes en Suiza, Alemania, Italia, Brasil, México y Vietnam y trabajan directamente asistiendo a los migrantes, pero también en la sensibilización y formación de los jóvenes. En particular, en los centros internacionales Juan Bautista Scalabrini, y en sus lugares de habitación, donde se  realizan encuentros con jóvenes de diversas nacionalidades, culturas y religiones, allí aprenden a mirar al extranjero, a ver la realidad migratoria con nuevos ojos, ojos de fe, en la esperanza que este camino los pueda llevar a ser de la humanidad una única familia.

Luisa Deponti, settembre 2022

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https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2022-09/canonizacion-juan-bautista-scalabrini-papa-fracis...