Antes
de ser para los migrantes estamos llamadas a ser con ellos: migrantes
con los migrantes. Nuestra vocación nos lleva a valorar la experiencia
de sacrificio, riesgo y pobreza que acompañan al fenomeno migratorio,
que despierta el anhelo de relaciones nuevas, más abiertas y solidarias,
y a darnos cuenta de los lazos más profundos que unen a las personas
más allá de cualquier frontera.
La
espiritualidad del éxodo nos abre en cada relación, ambiente y
situación, espacios imprevisibles de amor, para todos y para cada
persona, estimada en su unicidad.
Hoy en día, la movilidad humana concierne a todos: migrantes y autóctonos,
y representa un
componente importante dela creciente interdependencia entre las naciones.
Los movimientos migratorios ponen en evidencia que todos"viajamos en una sola nave",
es decir, vivimos en un único mundo.
Nuestro
destino está cada vez más ligado al destino de todos.
Las
intuiciones de J.B. Scalabrini permanecen, por lo tanto, más actuales que nunca
y motivan a la Familia Scalabriniana
a comprometerse para la constructiva convivencia entre
las diversidades
dentro de la sociedad, para una
auténtica comunión en la Iglesia
y para la promoción de la justicia y la paz en
el mundo.
© Misioneras Seculares Scalabrinianas
- 2022