Migraciones
ayer y hoy

Migrantes con
los migrantes

Antes de ser para los migrantes estamos llamadas a ser con ellos: migrantes con los migrantes. Nuestra vocación nos lleva a valorar la experiencia de sacrificio, riesgo y pobreza que acompañan al fenomeno migratorio, que despierta el anhelo de relaciones nuevas, más abiertas y solidarias, y a darnos cuenta de los lazos más profundos que unen a las personas más allá de cualquier frontera.
La espiritualidad del éxodo nos abre en cada relación, ambiente y situación, espacios imprevisibles de amor, para todos y para cada persona, estimada en su unicidad.

Como una gran lupa


Las migraciones son una realidad compleja que no puede ser abordada a través de un enfoque sectorial. De hecho, ellas son como una gran lupa a través dela cual se pone de relieve el mundo con todos sus problemas dramáticos, sus injusticias, las dificultades de la convivencia humana, pero –como escribe el Papa Francisco– "también la aspiración de la humanidad a vivir la unidad en el respeto a las diferencias, la acogida y la hospitalidad que permiten la distribución equitativa de los bienes".

recorridos diferentes ...

Las migraciones de hoy son un fenómeno multiforme que involucra a muchos grupos diferentes de personas: profesionales altamente cualificados, estudiantes internacionales, personas que buscan mejores condiciones de vida y de trabajo, refugiados que huyen de guerras y persecuciones, desplazados por razones ambientales. Hay quien emigra con documentos y hay quien se ve obligado a la clandestinidad. Obviamente los destinos de las personas son muy diferentes.
La humanidad aparece dividida en dos categorías: las nuevas élites supranacionales de los viajeros (por ejemplo: gerentes, especialistas, artistas,  deportistas, científicos), que pueden viajar por todas partes y establecerse en diferentes países; que pueden llegar a todos los lugares sin prestar atención a fronteras y límites; y la otra categoría corresponde a la mayoría de las personas que, si se mueven, lo hacen para sobrevivir, arriesgando su vida para ultrapasar los límites, o permanecen ancladas a un territorio, quizás en lugares delimitados como los campos de refugiados.

para atravesar confines


De hecho, la libertad de movimiento, que vale hoy en día para los bienes financieros, los productos y servicios, por otro lado no es universalmente reconocida para las personas. 
En todas las partes del mundo, la inseguridad y los conflictos ligados a la globalización generan en las poblaciones locales el miedo hacia los migrantes y llevan a los gobiernos a promulgar leyes de inmigración restrictivas o selectivas. Como resultado, se da el fenómeno de la migración irregular, que ya se ha convertido en estructural en todas las áreas del mundo. Especialmente se aprovechan de ello las organizaciones internacionales de tráfico de personas, mientras que los que pagan las consecuencias de cruzar ilegalmente las fronteras son los migrantes y los refugiados, a veces con sus propias vidas.
Aún más inhumana es la llamada trata de personas, que afecta a cientos de miles de hombres, mujeres y niños cada año, obligados a la prostitución o a trabajos serviles en condición de verdadera esclavitud.

Una sola nave


Hoy en día, la movilidad humana concierne a todos: migrantes y autóctonos,
y representa un componente importante dela creciente interdependencia entre las naciones.
Los movimientos migratorios ponen en evidencia que todos"viajamos en una sola nave",
es decir, vivimos en un único mundo.
Nuestro destino está cada vez más ligado al destino de todos.
Las intuiciones de J.B. Scalabrini permanecen, por lo tanto, más actuales que nunca
y motivan a la Familia Scalabriniana a comprometerse para la constructiva convivencia entre las diversidades
dentro de la sociedad, para una auténtica comunión en la Iglesia
y para la promoción de la justicia y la paz en el mundo.

Factores de expulsión y de atracción 
  • La actual y creciente presión para emigrar tiene, por lo tanto, como causas el aumento dela disparidad social y económica entre el Norte y el Sur del mundo, la falta de perspectivas en el ámbito de la formación y del empleo para muchos jóvenes, las catástrofes naturales y ecológicas, el desequilibrio demográfico entre los diferentes continentes, las guerras, la persecución política, étnica y religiosa, el terrorismo y las violaciones de los derechos humanos.
  • No menos fuertes que los factores de expulsión son los de atracción que despiertan en muchos el deseo de partir: la difusión a través delos medios de comunicación del modelo dela sociedad del bienestar occidental, la búsqueda de seguridad y de libertad, la llamada de los compatriotas que ya emigraron, el reclutamiento de las organizaciones de la trata de personas.
  • Al mismo tiempo, la competencia internacional para la contratación de técnicos y profesionales de alto nivel da origen a las migraciones calificadas que empobrecen los países de salida del personal necesario para el progreso económico y social.